Se está haciendo tan larga la situación de emergencia que muchos nos encontramos desgastados.
Es muy probable que, en estos últimos meses, muchos de nosotros estemos lidiando con una carga de trabajo más pesada, con recursos más limitados y la atención muy tironeada entre lo laboral y lo familiar. Seguramente todos, en algún momento, nos sentimos aislados, enojados, frustrados y desganados, o tenemos síntomas vinculados al estrés, y nos cuesta encontrar cómo descomprimir, como aliviarnos. Convivimos con una intensidad emocional que muchas veces nos desborda y contagia negativamente a los que nos rodean. Necesitamos apoyo. Algunos buscamos y recibimos ayuda de nuestro entorno, de compañeros, colegas y quienes lideran las organizaciones de las que formamos parte. Otros, no sabemos parar.