Llega el verano, y con él la cuenta regresiva de los días que faltan para las tan esperadas vacaciones. Para quienes tienen proyectos a cargo, la ilusión del disfrute suele estar opacada por una ansiedad insidiosa. ¿Cómo van a funcionar las cosas cuando no esté? ¿Me podré desenchufar, o tendré que estar pendiente del teléfono y el correo? Algunos elijen no irse, o acortan el período de descanso, porque creen que el precio a pagar es demasiado caro. Otros se van, pero siguen conectados, tratando de manejar el devenir del trabajo a control remoto. En un entorno en que la tecnología nos induce a estar disponibles 24/7, la frontera entre el descanso y el trabajo está cada vez más nublada. Si bien no tenemos estadísticas para nuestro país, estudios recientes en Norteamérica y Europa indican que casi el 40% de los profesionales no logran desenchufarse durante las vacaciones.
3 recomendaciones clave
Son indispensables para protegernos de las interrupciones y hacer más probable que el intervalo sea tranquilo, nutriente y efectivo para todos:
1.Planificar y preveer
¿Qué proyectos están en curso?
¿En qué situación se encuentran?
¿Qué asuntos quedan pendientes?
¿Cuáles son las prioridades?
¿Qué imprevistos y emergencias pueden aparecer?
2.Pensar en Quién y en Qué va a necesitar de mí
¿Quién está hoy preparado para ensayar mi reemplazo como líder del equipo/del proyecto?
¿Puede hacerlo solo?
¿Qué necesita de mí?
¿En quién más puedo delegar algunas tareas para evitar que esta persona esté sobrecargada?